Pan y vino

El me vio hambrienta
y seca en mis ramas
ya no tenía fuerza yo
no había fruto en mi.

Me ofreció de su vino
y comer de su cuerpo
vino formidable: amor
cuerpo prefecto: amor.

Jesús, alimento de vida
murió por mi, y para mi
soy Hija del Dios Rey
que resucitó y venció.

Con El soy feliz y seré
como el canto del día
sublime en la alabanza
fruto le daré a mi Señor.


© Grethel Collins

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