El verdadero sentido de la tristeza
Lunes, 27 de diciembre de
2021
Quiero iniciar con una pregunta. ¿Por qué escribo acerca de la tristeza? Porque Dios me lo pidió.
He estado meditando en este tema ya algunos meses atrás. Perdí a dos personas súper especiales en corto tiempo este año. 27 de julio a mi abuela por cáncer de páncreas y a mi mamá el pasado 18 de septiembre por el nuevo virus que causa que el mundo esté de rodillas. Pero aquí está el detalle: no tenemos que estar postrados ante algo o alguien más que no sea el más grande: Dios.
¿Cuántas veces
hemos leído que nada nos separará del amor de Cristo? Estoy segura que ni a mis familiares ni a
mi nos pueden separar de Dios. Pero como humanos, hacemos muchas cosas para
demostrar nuestra tristeza. Nuestra alma, tiene mecanismos para esto. Aquí un
par de ejemplos:
Génesis 37:34 Allí
mismo Jacob rompió su ropa en señal de tristeza, se vistió de luto, y durante
mucho tiempo lloró por la muerte de su hijo.
2 Samuel 1:17 David
entonó un canto para expresar su tristeza por la muerte de Saúl y Jonatán.
Impresionante, ¿no?
Unos cantaron, otros rasgaron su vestimenta. ¿Y nosotros? ¿Dejamos de comer,
lloramos? ¿Otros se llenan de amargura? ¿Nos hacemos preguntas? ¿Buscamos
ayuda? ¿Algunos toman licor? ¿Pastillas? ¿Te llenas de actividades o de trabajo
para no pensar? Algunas de estas cosas realmente entorpecen la situación.
No estoy aquí para juzgarte, pero quiero mostrarte algo que hasta hace poco tiempo no sabía y espero al menos que te sirva también. Como hija única entiendo que el sentimiento de soledad o de abandono, quizá embarga y, es que perdí a mis dos grandes referentes como mujer en esta tierra. Ahora, tengo a mi familia (esposo e hija), y aunque ellos no pueden sanar mi dolor si contribuyen a hacerlo y de manera especial. Asi que, Dios envía ayuda de distintas formas para que avances. Pero es vital que sepamos qué cosas o situaciones nos beneficiaran más y de cuáles debemos alejarnos porque solo empeoran la realidad.
Hace unos meses
Dios me hablaba acerca de saber en qué apoyarme, como un edificio, columnas que me
sostuvieran en los momentos de necesidad y aun cuando me encuentre bien. Estoy
en ese punto de mi vida. Pero la más grande base, la más firme que he
encontrado, digo más bien que me dio mi Padre celestial, es su misma presencia.
Yo que decía que, al perder a mi madre, no podría superarlo, y aquí estoy hablándoles
a otros sobre algo que puede ayudarles. Pero no es que yo lo sepa todo, sino que Dios me
ha mostrado que tengo lo suficiente para empezar y seguir. Él no quiere que las
personas atraviesen etapas de dolor sin ayuda y yo me dispuse a decir que sí
quiero colaborar en lo que pueda. Esto es dependencia de Dios. Cada cosa que
leas acerca de este tema de la tristeza y el duelo, no son a la ligera. Quiero
decir como Jesús una vez lo hizo, dándole todo crédito a Dios:
Juan 12:49 Porque
yo no hablo por mi cuenta; el Padre, que me ha enviado, me ha ordenado lo que
debo decir y enseñar.
Y esto es un
punto que quiero tocar:
Dios es más grande, supera todo y a todos. A vos y a mí. Por eso
estoy haciendo esto.
Quiero dejar muy
claro esto que no quiero decir que otros que no hagan lo mismo sean inferiores a mí.
Pero creo firmemente que Dios escoge a algunos para enseñar algo a otros. Si
no, todos seriamos maestros, pero la vida nos muestra que un día necesitamos ayuda
de alguien más y que a veces nos toca dar esa mano de esperanza. Mañana podes ser vos quien consuele a otros.
2 Corintios 1:4 Cuando tenemos dificultades, o
cuando sufrimos, Dios nos ayuda para que podamos ayudar a los que sufren o
tienen problemas.
La segunda
columna que me sostiene en estos tiempos es mi familia como ya mencionaba. Mi
esposo ha sido clave en este proceso, que ha estado pendiente de mí para que no me
sienta sola. Pero si no estás casado aun no te preocupes. No me refiero a que todo se resolverá con que tengas personas al lado. Pero es parte. Dios usa a quienes tenes cerca. Así también está
mi hija, que con 4 años me ha dado palabras de ánimo y abrazos tan tiernos que
me ayudan a sanar un poco el corazón.
Mi tercer soporte
ha sido mi papá, que conoce el dolor de perder a alguien. Que está presto para
orar por mí a la distancia y a cualquier hora.
La cuarta columna,
personas que no conozco en físico, pero que también sufrieron grandes pérdidas
y enseñan sobre el tema. El pastor Rubén Marretta, argentino, y su esposa.
¿Ves cómo Dios
usa personas que hayan perdido o no alguien, están ahí en el momento y lugar exactos?
Entonces, de esto
estoy segura, que no estamos solos y que nada nos puede separar de Dios que es
el amor en sí mismo.
A esto se suman
las muchas personas que me han llamado, escrito y orado por mí. Gracias a todos
por estar ahí.
Con esto termino.
No dejes que los aplacadores temporales de dolor te aparten del propósito del
proceso que estas queriendo evitar. Realmente vivir tu duelo de la mejor manera
es atravesando el dolor, no tratando de salir rápidamente de él. Todos queremos
vivir con un propósito y el dolor no es nuestro final. Nadie se levanta
diciendo, ah! otro día más en que no haré nada de mi vida. O, hoy es otra
oportunidad para perder el tiempo. Ciertamente, lo que pasa es que nos
acomodamos a las circunstancias; pero para vivir bien, necesitamos actuar bien
y la única manera de hacerlo es desempolvando todos los recursos que tenemos,
que están abandonados, o que nunca nos hemos atrevido a utilizar. Es el momento
de romper el vidrio de emergencias con el martillo de la verdad. No tenes que
aprender a vivir con el dolor toda tu vida, no tenes que aceptarlo ni tampoco
el tiempo lo curará todo. Tu parte es cambiar de mentalidad en cuanto a lo que estás
pasando, aun con ese dolor a cuestas, se puede, algún día se irá. Solo atrévete.
Hoy. Ahora.
2 Corintios 7:10 Cuando
Dios los ponga tristes, no lo lamenten, pues esa tristeza hará que ustedes
cambien, y que pidan perdón y se salven. Pero la tristeza provocada por las
dificultades de este mundo, los puede matar.
La tristeza es útil, porque nos sana desde adentro hacia afuera. Es una emoción que Dios nos dio para aliviar nuestra alma de la carga que ocasionas las dificultades de este mundo. Llora si queres hacerlo, comparti tu duelo con personas que te sumen y no que te resten. Detenete un rato a pensar en la ausencia de esa persona, lo que significa para vos, y pedile a Dios te ayude a avanzar porque solo no podes. Que te ayude a adaptarte a la nueva realidad sin amargura, sin dolor, que todo este proceso sirva para algo útil, para consolar a otros, para demostrar Su poder. Pero sigue caminando, aunque te cueste, aun con dolor invierte tiempo para sanar. Te invito a que mires este pequeño video que habla acerca de la importancia de la tristeza y cómo nos puede beneficiar al contar con las personas correctas que te ayudarán a salir adelante.
Mi deseo es que Dios ponga en tu corazón,
en tu camino y en tu voluntad el dar un paso ese fe que te dirija hacia la
sanidad que estás necesitando.
Mateo 6:33 Lo
más importante es que reconozcan a Dios como único rey, y que hagan lo que él
les pide. Dios les dará a su tiempo todo lo que necesiten.
© Grethel Collins
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